«Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad…
condicionados por el recuerdo de «no puedo»…
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo
poniendo en el intento todo tu corazón…»
Jorge Bucay

Suele ocurrir que a menudo observas a alguien que no sale del agujero, sus pensamientos, su sentir, su expresión facial, sus conductas responden a una misma sensación, enfado o tristeza, cada día, cada mes, cada año…siempre igual.

Qué le ha podido ocurrir a alguien que es incapaz de expresar con sus propias palabras “HOY VOY A ESTAR BIEN”…Finalmente en una conversación descubrimos los motivos más internos, MIEDO, miedo a ser feliz, miedo a creer que es posible, a ser merecedor/a de vivir momentos buenos.

Cuando una persona ha estado expuesta de forma continuada al dolor y al sufrimiento, sin poder hacer nada, o intentando salir, pero con resultados nulos, desarrollan lo que en psicología se denomina la INDEFENSIÓN APRENDIDA.

Seligman y Overmaier fueron de los primeros investigadores que se plantearon la cuestión sobre por qué un animal o una persona que sufría en sus propias carnes condiciones adversas y dolorosas constantes no hacía nada para abandonar dicha situación…

Quiero compartir con vosotros, (algunos ya la conoceréis), pero siempre viene bien recordarla,  Una gran fábula que expresa este concepto, El elefante encadenado., de Jorge Bucay

A cuántas situaciones no nos quedamos estancadas, a cuantas historias, a cuántos momentos, sabiendo que no generan más que sufrimiento.

Mírate, echa un ojo y descubre si vives estancado, atado a algo, esa idea, situación que no te deja ser feliz. Mira al enorme elefante, con una decisión de salir corriendo bastaba…

No te crees capaz de hacerlo, no crees poder, ya es tarde, lo intenté todo, ya no tengo fuerzas para luchar…no te engañes todo es fruto de tu mente…

La indefensión aprendida.